Vamos a contaros un cuento sobre literatura, arte y gastronomía, la historia de un libro, dos chefs y media onza de carne. Empezamos así nuestra colaboración con F de Fifi tratando sobre nuestros temas preferidos: libros, ganas de jugar y algunas dosis de publicidad.
A veces, escribir un post se convierte en una forma de recoger y ordenar palabras e imágenes para que no se escapen. Porque hay nombres que esconden mundos, que se conectan de algún modo, aunque no sea fácil de explicar. Sucede así con Tim Walker, Ramón Freixa, Mark Ryden y McDonald’s.
Story Teller, la serie de fotografías de Tim Walker recogidas en su libro Cuentos de hadas, nos muestra momentos mágicos que reconcilian literatura tradicional, moda y fotografía contemporáneas para acercarnos a su universo de extravagancia, fantasía y abundancia.
Ocurre algo parecido al visitar el universo de Ramón Freixa. Su web, creada por tbeagency para desarrollar la marca personal del chef galardonado con dos estrellas Michelin, es en realidad un viaje por el mágico Bosque de Lígulas y nos cuenta una historia llena de sabores y experiencias.
Porque los relatos siempre se han cocido a fuego lento, en la cocina. Han servido de excusa para educarnos, entretenernos, ayudarnos a conciliar el sueño y despertar nuestra imaginación. De ahí que los alimentos aparezcan en los cuentos como eje vertebrador de la trama. Pensemos en la manzana de Blancanieves, la casita de chocolate de Hansel y Gretel, el guisante de La Princesa y el guisante, la cestita de La Caperucita Roja, las habichuelas mágicas, la sopa de Ricitos de Oro o la merienda de locos de Alicia en el País de las Maravillas. Julio Valles, en su libro La gastronomía en los cuentos infantiles, afirma que se trata de elementos de recompensa o castigo.
Seguramente por eso, la carne en las pinturas de Mark Ryden resulta tan perturbadora. Es una vuelta de tuerca a los cuentos tradicionales, reinterpretados en su versión más cruda e inquietante.
Y hablando de extrañas asociaciones, la multinacional McDonald’s ya ha empezado a sustituir los muñequitos de las fascinantes cajitas Happy Meal por libros para educar a sus clientes más pequeños. La prueba comenzó en Canadá en 2013 y a finales del año pasado continuó en Estados Unidos. Seguro que cuando lleguen a Europa se las ingeniarán para que, al abrir sus páginas, viajemos al Bosque aromático de las patatas fritas. En lugar de libros infantiles, nos han colado un cuento chino elaborado por otro chef con dos estrellas Michelin: Grand McExtrem Bibo de Dani García. Y, colorín colorado, este cuento aún no se ha acabado.
Hasta pronto, nos vemos por los blogs que cuentan historias.
hasta detalladas visitas a domicilio para que tus creaciones lleguen muy
lejos.
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